Ojos electrónicos
He tenido la suerte de cruzarme en la vida con Nluz Love y sus ojos electrónicos. Con ellos ha mirado a los edificios en los que en distinta época y en distinta medida, me he implicado como arquitecto. Los ojos electrónicos ven más cosas de las que nosotros vemos, incluso más de las que podríamos ver, si fuéramos todavía esos seres en contacto con la naturaleza (para lo bueno y lo malo) que fueron nuestros antepasados. Los ojos electrónicos nos devuelven lo que fuimos y nos ofrecen ser más. Los de Nluz, ven todavía mejor, más allá. Basta ver una de sus fotos para darte cuenta. Ojos como estos, forman parte de ese selecto conjunto de objetos que nos acompañan en la vida y que exceden la calificación de posesiones No quiero referirme a objetos banales, cargados de retórica. Me refiero a aquellos que hacen que la vida sea como es. Si los miramos de esta manera, sin ansias de posesión, de ostentación, sino con la fruición de su uso a lo largo del tiempo, tendremos una percepción más compleja. Tal vez un yo y mi circunstancia más próximo, un parlamento de las cosas más democrático, más ateniense. Me gusta pensar que los espacios que soñamos y construimos , están en la “circunstancia”, en el ”parlamento de las cosas” personal, de mucha gente que no conozco, que los hacen parte de sus vidas. Para conseguir eso, merece la pena ser arquitecto. Y para que ojos como los de Nluz, analógicos, digitales, humanos, vean todo lo que intuyes cuando creas, y ni siquiera tú llegas a apreciar. Gracias por hacernos ver amigo fotógrafo.
Lo demás, al final, importa bastante menos.
Rafael Torrelo
Arquitecto